#Sinaloense para siempre
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lilflowerbed · 5 months ago
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I was born in El Tule, Culiacan, Sinaloa, Mexico 🇲🇽🤎🥽☢️
📐🪽🧡 based 4ever n I know where my roots are from
I love dirt 🌱
amo mi Tierra ✨🙇🏻‍♂️
I would love it as a barren land n as a smol garden 🪴
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soybecatorres · 6 months ago
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Fecha de caducidad
8 de octubre de 2021
He sido tantas Adrianas, algunas aún viven en mí, otras se han difuminado al punto de ser entes ajenos, y otras las más obscuras, las más crueles, las más dañinas aún me visitan de vez en cuando; juegan conmigo, se esconden, normalmente se quedan a la distancia, pero cuando menos me lo espero me las topo de frente, aparecen inoportunas en mis momentos de gloria, de mayor paz, cuando siento un triunfo, se quedan tan cerca para que las vea, las toque, me toman de la mano, acarician mi cabello, me envuelven en su calor, cotidiano y conocido, tan familiar, tan sencillo, tan agradable, me invitan a perderme en ellas, desean regresar, quieren volver a vivir, deseo que me habiten, pero de repente, recuerdo el dolor, recuerdo lo que fui y lo que ahora soy. 
Las Adrianas que he sido, son tan diferentes, tan opuestas, tan extremas, tan cambiantes, que es difícil creer que es el mismo cuerpo el que han habitado.
Me encanta la trova, canto reggaetón, hablo de amor con groserías puedo hablar de un tema por horas. No tengo nada que decir.
He sido la mejor hermana. He apuñalado dos veces. He sido la mejor hija, lo he intentado, he abandonado lo que amo por mi placer. Soy tía. He creado un hogar cálido, lleno de amor, lo he destruído a golpes, a gritos, a base de exigencias, esposa, divorciada. 
He roto cuadros. He construido memorias imborrables. He sido la mejor amiga, he alejado amigos, me he burlado de frente de las debilidades de otros. He construido lazos inquebrantables. He intentado destruir autoestimas con mis palabras, he ayudo a otros a crecer, a encontrarse, a alcanzar sus metas. A crearse.  
Fui católica, nunca aprendí a rezar, robaba por diversión y mentía porque se escuchaba mejor.
Mi risa puede ser un estruendo que resuena en toda una habitación, si estas cerca te contagia, si estás lejos será un taladro que te penetre hasta el fondo de tu corazón soltando un odio incontrolable. 
Fui la mejor estudiante, la peor estudiante, la tortura de maestros, la pupilo perfecta, sin potencial, con todo el potencial.
Gorda con buenas proporciones, tímida, callada sin tener que decir frente a muchos, interesante frente a otros, con plática profunda e inagotable, fuerte en la luz, pero débil y triste a la sombra. Me he enamorado de tantos, no he amado a ninguno.
Sinaloense, Mochiteca, Veracruzana, Tlaxcalteca, Toluqueña, Mexiquense, he sido de tantos lados que no me siento de ninguno, fui, soy y seré siempre Oaxaqueña, aunque no me pertenezca me lo he apropiado, podría decir que soy tapatía pero no lo siento. 
Mexicana hasta los huesos, hasta mi muerte, hasta el último aliento. 
Me alimenté de muerte, mordido huesos, he comido cadáveres, ojos, lenguas, cachetes, labios, estómagos, patas, tripas, piel, ovarios, segregaciones mamarias convertidas en cuajos fermentados, acompañado siempre de una coca light porque el azúcar mata.
Le he temido a los perros, a volar, a amar, a ser amiga, a conectar. Amo el mar, tanto que decidí conocer su profundidad, en cuanto lo sentí envolviendo todo mi cuerpo, cargando mi peso, protegiéndome con sus brazos, compartiéndome su paz, prometí protegerlo, cuidarlo, amarlo y respetarlo todos los días de mi vida. 
Vegana desde el 8 de abril del 2019. 
He perdido mis ahorros, fui empleada, arquitecta, diseñadora, contadora, administradora, socia, desempleada, emprendedora, empresaria, jamás vendedora, vendedora apasionada, creé varios negocios, arruiné algunos, me robaron otros, ahora solo queda uno, exitoso, 5 años siéndolo, apasionada del estudio de la mente, guía, Consejera de Éxito, mercadóloga, creadora de más y mejores marcas mexicanas. 
Nunca me haría un tatuaje, soy una mente cambiante que se diseña, se crea y se materializa todos los días, no soy la misma de ayer, ni seré la misma mañana. 
Hoy solo soy un muñeco de palo.
Nunca me haría un tatuaje. Hoy solo soy por hoy. 
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zigzagderogeliogarza · 6 months ago
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Por: ROGELIO GARZA
El chispazo fue un intento de prohibir a los grupos musicales en el área de la playa “concesionada” a un condominio en Mazatlán. Y el video de un hotelero defensor del turismo excluyente y gentrificador que pateó el avispero de las bandas sinaloenses. ¿A quién se le ocurre prohibir a los mariachis en Guadalajara o a los organilleros en la Ciudad de México porque incomodan al que tiene dólares? El asunto lo recogieron los antigentrificación del país y ardió como zacate seco, todo México se subió al mame: banda sí o banda no, un fenómeno socio-musical que no habíamos visto. Más allá del gusto, las fobias y las filias personales, acá siempre defendemos a la música, a los músicos y a las personas, el derecho de tocar y escuchar cualquier género musical sin censura. Y en casos así recurro a mi biblia grupera, Historia de la música popular mexicana, de Yolanda Moreno Rivas. En una paradoja histérica, la música de banda –o de viento– la trajeron a México entre 1850 y 1867 los antepasados de los güeros que hoy se quejan del “ruido”. O, como diría el Gonzo, You kill Jesus.
La banda o tambora sinaloense, que algunos odian por “naca, delincuente y escandalosa”, es el género musical tradicional de Sinaloa. Llegó a Mazatlán con los inmigrantes del sur de Estados Unidos, alemanes, franceses y algunos polacos, que se establecieron cerca del mar. Viajaban con sus bandas de guerra para animar los bailes con marchas, valses, polkas y redovas, tocando sus instrumentos de viento: clarinete, trompeta, trombón y tuba. Pero los músicos desertaban hacia la sierra y así fue como la música europea se enredó con la sierreña, la norteña y el corrido –que originalmente se oponía a la música europea– y se integró la sección rítmica: la tambora y la tarola. Los europeos vendían sus instrumentos y así se formaron las primeras bandas regionales que tocaban en fiestas, bodas y funerales. Durante la Revolución, la banda sinaloense también cumplió como un medio para contar los hechos y esto ocasionó que se esparciera por las zonas rurales de Mazatlán entre 1920 y 1930. Así nacieron Los Guamuchilenos de Culiacán y la más famosa de todas, considerada la madre de todas las bandas modernas: El Recodo, formada en 1938.
El desfiguro prohibicionista se resolvió al estilo Sinaloa: las bandas musicales y los mazatlecos salieron en bola a las calles a defender su fuente de trabajo, sus playas y su patrimonio musical. Hubo serenata masiva frente al condominio quejumbroso y se agarraron a tubazos con la policía municipal, presta para reprimir a los músicos. Fue tan contundente la defensa que el hotelero y el municipio tuvieron que recular, estrechar manos con los músicos y llegar a un acuerdo: las bandas que porten su identificación pueden tocar en la playa y malecón de 10 AM a 10 PM, después tienen que moverse a las plazas públicas. Fue una campaña turística nacional y para rematar se convocó a una mega tocada en la playa para romper un Récord Guiness. This is Mazatlán!
¡Y pácatelas!
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vive-en-sinaloa-mex · 8 months ago
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Hablemos de:
Sus principios y valores.
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En el estado de Sinaloa se tiene un estimado conjunto de principios que recuperan lo mejor de la tradición histórica del ser sinaloense.
Aunado a como por las nuevas actitudes y disposiciones sociales son necesarias para superar los retos a que la compleja realidad mundial, nacional y regional enfrentan.
Libertad de creación. Defender siempre el derecho que todos tenemos de sostener una definición estética y social del hecho cultural, incluido, desde luego, el hecho artístico en sentido estricto, lo mismo en la creación escénica que en la plástica, la literatura o las disciplinas de frontera.  
Respeto y tolerancia. En consonancia con la libertad de creación, mantener la indeclinable postura de respetar y tolerar las más diversas manifestaciones del arte y la cultura. No olvidar nunca que detrás de la intolerancia se ocultan, en no pocas ocasiones, la incomprensión y la ignorancia. 
Equidad. La calidad del hecho cultural es una aspiración legítima, pero deviene elitismo y propicia el ensanchamiento de las brechas sociales, si no se acompaña de la mayor búsqueda de la igualdad para que todos puedan acceder al goce de los bienes y servicios culturales.  
Solidaridad y compromiso. La política cultural debe alentar el fortalecimiento de los lazos identitarios propiciatorios de una comunicación social anclada en el compromiso con aquello que nos une, nos hace mejores seres humanos, mejores ciudadanos y miembros de una comunidad.  
Pertenencia Cultural. Implica fidelidad al grupo, respeto por sus costumbres, normas y la identidad con esta, es decir implica un sentimiento de comunidad que favorece la convivencia; de ahí que, con el sano convivir, se transfiere desde los más adultos a los niños, y su cultura en su comunidad se transfiere, prevalece, fortalece y crece.
Para más información en:
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laguaridadelnagual · 9 months ago
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Claudia Sheinbaum hace llamado al INE a facilitar el voto a quienes residen fuera de México
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“La ciudadanía va a salir a votar abrumadoramente y vamos a ganar abrumadoramente”, manifestó   “Nosotros queremos que todos los mexicanos y mexicanas que viven en el exterior, — que tienen su nacionalidad mexicana —, puedan votar, eso se llama democracia”, aseguró Claudia Sheinbaum Pardo, Candidata a la Presidencia de México por la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-PT-PVEM), al hacer un llamado al Instituto Nacional Electoral a facilitar el acceso al voto a todos los connacionales que residen fuera del país. “Desde antes lo dijimos que es demasiado tortuoso el proceso para que los mexicanos y mexicanas puedan votar desde el extranjero, no solamente tienen que tener su credencial de elector, sino que además tienen que inscribirse, tienen que recibir la aprobación. Y no son los consulados, los consultados son facilitadores, es un asunto del Instituto Nacional Electoral (...) Nuestra posición siempre ha sido facilitar el voto de los mexicanos y mexicanas en el exterior (...) Entonces un llamado al INE para facilitar esta situación”, puntualizó. Ante la prensa local y nacional, Claudia Sheinbaum también abordó temas de interés para Sinaloa, como es el caso del abastecimiento del agua, el cual destacó será garantizado a través de propuestas como impulsar la tecnificación del campo y la modificación de la Ley de Aguas. “Es fundamental modificar la ley que fue planteada en la época de Salinas de Gortari cuyo objetivo era la privatización del agua. Al tecnificar el riego sino se ceden parte de los derechos que tienen los productores o los grandes productores, se les queda el derecho del agua y esa tiene que redistribuirse”, aseguró. Además, explicó que en su gobierno se continuará con los precios de garantía impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los cuales aseguró forman parte no solo de un apoyo a los agricultores, sino que además es parte de un reconocimiento a su trabajo en el campo, en especial en Sinaloa donde la producción del maíz es de los más importantes en el país. Entre otros apoyos que Claudia Sheinbaum compartió para seguir con la transformación de Sinaloa, se destaca la inversión en paneles fotovoltaicos en viviendas de toda la zona norte del país, esto como un apoyo para la economía familiar al ser un canal por el cual se pueden reducir las tarifas de luz a través del impulso de la transición energética. Frente a los medios de comunicación, la candidata de la 4T a la Presidencia de la República también aseguro que en Sinaloa, así como en todo el país se implementará una estrategia de seguridad basada en la atención a las causas y la reforma del Poder Judicial, pues puntualizó que la reducción de la inseguridad en la Ciudad de México donde fue Jefa de Gobierno se debió a la coordinación entre los poderes locales. “La tarea de la seguridad no solo es una tarea del ejecutivo, es una tarea de las fiscalías, para hacer carpetas de investigación adecuadas y del poder judicial y la coordinación que debe haber (...) Pero después de lo que vimos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que está dedicada a generar investigaciones sobre denuncias anónimas, – lo cual no se ha visto en la historia de México —, y no en garantizar la paz y la seguridad y en trabajar en lo que corresponde pues entonces nos queda más claro que necesitamos reformar el poder judicial”, agregó. En su mensaje, Claudia Sheinbaum también celebró las preferencias de la 4T en Sinaloa rumbo a las elecciones del próximo 2 de junio, pues destacó que de acuerdo con las recientes encuestas de la región, la coalición Sigamos Haciendo Historia, tiene 65 por ciento de preferencia en el electorado sinaloense. Read the full article
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eltemporalmusic · 2 years ago
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#HHST Vol. 3 (del 26 al 30 de junio).
¡Vaya semana! Esta lista nadie más la tiene. Young Thug, en la cárcel próximo a enfrentar juicio tiene nuevo disco en la calle donde no quiere más que probar su valor pese a la adversidad sosteniendo todo aquello que lo tiene en posición de leyenda actual. Por fin Militarie Gun cuenta su primer LP, es un disparo que conserva lo que le dio visibilidad en sus eps un sonido punk poderoso con letras brillantes sólo que ahora bajo el control agregado del toque pop que vuelve accesible al oído esta primera colección de canciones. Wye Oak, probablemente uno de los discos del año, cuenta con canciones potentes desde el indie, folk, pop fino infalible llevando la voz cantante a cimas maravillosas. Destiny Bond, punk duro, conciso a penas suficiente de estructuras demoledoras, esta combinación siempre es bienvenida. Tainy, el productor puertorriqueño se mantiene en lo más alto y con él al perreo en compañía de viejos y nuevos reguetoneros que le dan voz a su increíble capacidad para crear beats innovadores. Albert Hamond Jr. El Stroke al que mejor le ha ido fuera de la banda demuestra nuevamente por qué es así con una coleccion de canciones cargadas con el sonido rock al que nos tiene acostumbrados, con coros pegajosos y guitarras ritmicas sencillas. Genesis el nuevo de Peso Pluma también se publicó esta semana y la esta rompiendo y no es para menos y con razón y sí, es una joya del regional moderno mexicano, sin temor a equivocaciones uno de los discos destinados a volverse clásico. Todo esto y más en la PL de la semana.
Disco de la semana:
Génesis/ Peso Pluma.
México es un país con una riqueza cultural inconmensurable, cada estado cuenta con su propio estilo de vida, sólo se necesita conocerlos a conciencia para caer en la cuenta de que su gente es tan diversa como la biodiversidad que le rodea. Los del sur no se parecen a los del bajío y los anteriores tampoco a los del norte siendo estos últimos quienes siempre han encontrado la forma de sonorisar la realidad de la vida que a diario se hace entre el desierto, el calor, el mar, la frontera con Estados Unidos y el conflicto que esta situación ha implicado historicamente, una escalada en términos de violencia propiciada principalmente por el narcotrafico. Desde los corridos que empezaron a escribirse a partir de la revolución mexicana a principios del siglo pasado, en el norte tras una evolución de decadas, se ha dado la posibilidad de mezclar los sonidos del género grupero con los de la banda sinaloense adaptando instrumentos esenciales de ambos géneros a la precariedad material y la necesidad de expresión de su gente para entregar un sonido sustancial donde bajosexto es espina dorsal, este maravilloso instrumento del que se pueden escuchar solos que nada le piden a muchos del metal y que en compañía de una tuba, un acordeón y letras desde crudas que hablan de vidas lujosas producto de trabajar para el crimen organizado hasta románticas sencillas pero que van al punto siempre cargadas de coloquialismos, regionalismos, mexicanismos, apropiación del lenguaje, es como se obtiene esa música mundialmente conocida como corrido tumbado. Es una realidad consolidada en gran medida gracias a Peso Pluma, este artista del norte que en relativamente poco tiempo está en boca y oídos de medio mundo. Y no es gratuito ni una mentira, la prueba incontrovertible es Génesis. Pudo cargar hacia el lado más pop e inofensivo de su género haciendo canciones demasiado accesibles para todos pero en vez de eso entrega una colección de canciones donde los instrumentos se ejecutan con soberbia haciendo el fondo de historias que sólo en el norte del país se podrían escuchar, y se la crees, la emoción con la que cantan él y sus colaboradores se siente verdadera, la consecuencia es un estilo propio que lleva el género a otro nivel. Los coros en casi todos los tracks en este álbum son un elemento primordial para entender el por qué de su éxito a nivel masivo. Es un orgullo pese a lo que digan sobre la apología a la violencia, es un orgullo que este país a nivel musical esté dándose a conocer a través de este género, básicamente por que es endémico y muy poco le debe a la musica de otras regiones del mundo.
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blvckbirdx-blog1 · 7 years ago
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❛ can you hold my hand? it’s cold. ❜ ft. ❛ come a little closer. ❜
Fernanda podía ser muy cabeza dura en muchas ocasiones, le daba más de una vuelta a asuntos que consideraba verdaderamente importantes y tenía a ignorarlos, aunque estos terminaran perjudicando su vida personal. Tal vez por eso no había buscado contacto alguno con el ruso desde su fiesta de cumpleaños, argumentándose que seguramente él tendría ocupaciones mucho más interesantes que el hablar con ella. Lastimosamente, esos pensamientos llevaban en picada su estado anímico, llevándola a descubrir que tal vez el ruso ya formaba una parte esencial especial en su vida.
Medio día marcaba el reloj en la Ciudad de México, y después de ver a una pareja que buscaba una reservación para el afamado día de San Valentín es que consigue los ánimos suficientes para buscar ella misma la conexión que no se había dado. Alguna excusa tonta pondría, pero la necesidad de verle y saber que estaba bien se imponían ante cualquier acto de cordura. Lo que no se esperaba era que al lograr la conexión y poder ver al ruso, lo vería en compañía. El abrazo que mantienen no le permite ver el rostro de la fémina, pero cuando estos se separan hay cierta familiaridad en sus facciones. Es ahí cuando todos los cabos se unen, las fotografías que en el pasado había visto en conjunto con las historias que el mayor le había contado. La ex-prometida de Serguéi estaba de vuelta.
Puede sentir como algo en su interior se rompe, cualquier ilusión que pudiese haber tenido escondida es solo eso, un vano sueño. Quiere deshacer la conexión, brindarles la privacidad que seguramente buscan, pero incapaz se ve de alejarse de ahí.
                                               ━━━  ft. @svladislav ( ⚜ )
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diarioelpepazo · 2 years ago
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Su nombre volvió a ser noticia luego de la captura del cabecilla del cártel sinaloense. JUAN MARTIN MURILLO HERRERA La captura de Ovidio ‘El ratón’ Guzmán, hijo y sucesor de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán como cabeza del Cártel de Sinaloa, sigue dando de qué hablar en el mundo. Y es que, en las últimas horas, ha tomado relevancia el nombre de Adriana Meza Torres, quien sería la esposa del recién capturado narcotraficante. Meza, quien tendría el apodo de ‘La nueva reina del cártel de Sinaloa’, es hija de Raúl Meza Ontiveros, quien era lugarteniente de ‘El Mayo’ Zambada, y quien era conocido en la organización delictiva como ‘M-6’. Así mismo, sería hermana de Raúl Torres Meza, conocido como ‘El mini M-6’, según el periódico mexicano ‘El Universal’. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México la tuvo en la mira desde el año 2019, cuando ocurrió el famoso ‘Culiacanazo’, día en el cual ‘El ratón’ fue capturado por primera vez. En esa fecha, las cuentas bancarias de la ciudadana mexicana fueron congeladas. En su defensa, Meza dijo ante la justicia del país azteca que ella, en realidad, se dedicaba a la agricultura, a la vez que buscaba algún amparo para que sus cuentas fueran descongeladas. Sin embargo, no habría obtenido este beneficio debido a la falta de declaraciones fiscales de su parte. En redes sociales existe numerosos contenido sobre ella, en el que se puede ver como vive rodeada de lujos y comodidades, luciendo vestidos costosos y siempre maquillada. Todo esto ocurrió durante el mandato presidencial de Enrique Peña Nieto; gobierno el cual tenía la intención clara de congelar las cuentas bancarias de Meza, presumiendo que la mujer sí tenía una relación sentimental con Ovidio Guzmán. Meza, en cambio, argumentó en su defensa que las pruebas que indiquen alguna relación de sus cuentas bancarias con economías ilícitas son inexistentes, por lo que el congelamiento de sus finanzas atentó contra el derecho del libre desarrollo de sus economía, la cual reafirmó que se basaba en la agricultura, cuenta el mismo diario.   No obstante, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aseguró que sus finanzas sí estarían correlacionadas con una organización llamada ‘Los Chapitos’, conformada por los hermanos Alfredo y Iván Archivaldo Guzmán Salazar, así como su supuesto marido y su hermano Jesús Guzmán López, pues habría actuado como prestanombres, según informó ‘El Universal’. Pese a ello, en octubre del 2022, un juez ordenó considerar carente de razón la investigación, luego de que se conocieran transacciones a modo de cheques y comprobantes de pago de su trabajo en cosechas de maíz entre el año 2012 y 2015. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/El Tiempo
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callmeanxietygirl · 3 years ago
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La sinaloense Lizbeth Yareli Salazar Vázquez, quien firmó con el equipo profesional Ceratizit WNT, se convertirá en la primera ciclista mexicana en participar en el primer Tour de Francia Femenil, competencia que iniciará en el mes de junio.
La ciclista olímpica iniciará su temporada 2022 en una competencia internacional en España, que se realizará el 6 de febrero, en el arranque del ciclo rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024.
En conferencia de prensa virtual, la culiacanense comentó que este año priorizará el Campeonato Mundial de Pista, programado en Francia.
“Acabo de firmar con el equipo Ceratizit WNT por dos años, somos 16 en el equipo, ya tuvimos el primer concentrado en diciembre, además de conocernos, se plantearon los objetivos del 2022. Es muy emocionante estar rodeada de lo mejor del mundo de ruta y de pista, va a ser muy bueno para mí”, expresó Salazar Vázquez.
La medallista de Juegos Centroamericanos Barranquilla 2018 y Juegos Panamericanos Lima 2019, logró en el proceso a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, dos plazas olímpicas, una en pista en la prueba de ómnium y una en ruta, sin embargo, por problemas en la Federación Mexicana de Ciclismo, no pudo competir en Ómnium, su prueba estelar.
“Voy a buscar la clasificación en pista y también en ruta, pero mi objetivo siempre será la pista. El equipo nos da mucha libertad de que elijamos las competencias que queremos priorizar este año, en mi caso quiero priorizar el Mundial de Pista, pero para llegar a ese mundial, tengo que competir en Copas del Mundo y competencias internacionales que dan puntos para el ranking; el Mundial abrirá las puntuaciones a Juegos Olímpicos en París”, añadió.
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quetzalnoah · 5 years ago
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A una vieja amiga
Querida amiga:
Hoy te vi en el gimnasio, me da gusto por ti, que ahora estés cambiando de hábitos, porque la neta hace unos meses que te encontré ahí en los mariscos sinaloenses curándote la cruda con un clamato y cóctel, fumando a pleno mediodía, te veías así como decirlo ¿cómo decirlo de forma sutil? Bueno lo diré, tú sabes que siempre he sido bien sincero y pedo abro el hocico de más, pues te veías de la chingada, me sorprendieron los kilos que te cargabas,los ojos tan tristes que te acompañaban, los labios sin destellos, tu cabello extraviado, siempre he pensado que un poco de barriga es señal de bonanza pero tampoco hay que pasarnos de verga, pues yo también me he dejado la papada estos años, toma en cuenta que ya entrando los treinta el metabolismo se hace más lento y mi grasa se me esconde en lugares del cuerpo que no me he alcanzado a ver. Me voy a escuchar como un anciano, no importa, cuídate amiga, no te olvides de ti, date un cariñito de vez en cuando, vete a consentir al spa, hazte una promesa contigo misma de dejar algo que te dañe a la larga. Qué bueno que sigues con lo tuyo, luchando por tus sueños, afortunados los que lo podemos hacer en lo que todavía se puede considerar en un país libre. La neta ya sé que está de la verga que después de que tienes mucho de no ver a alguien te encuentre y le diga ¿cuántos kilos sin verte? ¿te ha tratado bien la vida? Unos lo hacen para madrear, como dicen, lo que se ve no se pregunta, pero yo , de verdad estaba sorprendido, la alegría se te había fugado del rostro, como si ya no cogieras, como si te estuvieras rindiendo, tal vez la contaminación de la ciudad nos esté quitando el brillo, tal vez las preocupaciones nos estén anticipando las ojeras, me quedaba pensando ¿dónde quedó esa chica que andaba con un chingo de energía en todos lados?¿dónde quedó la chica que cada día traía una historia nueva? Esa mirada cansada que tenías ya no es de desvelo o buena fiesta, es como de derrota, como de quererte ir a la chingada de aquí, hazlo, siempre te dije que lo hicieras, que necesitabas un cambio de aires, ya es hora, la cuestión contigo es que te dan miedo los cambios, prefieres la rutina a enfrentar algo distinto, pero te digo algo, hace tiempo que te enfrascaste en lo de siempre, las compañías de siempre, los lugares de siempre, supongo que hay que irse al menos una vez para mirarlo todo con ojos nuevos. Avanzas, te quiebras un rato, te repones y claudicas. Luego te mueves, te emocionas, le hablas a todo de lo que harás y de pronto un día ya no te quieres levantar de la cama porque no tiene sentido. Lo sé, así es la ansiedad. Has estado caminando en círculos y no los cierras, no quiero decir que los cierres, me refiero a que camines en línea recta y no voltees para atrás, tú sabes quién eres, no dejes que aquello que te hace sentir bien contigo misma se aleje de ti.
Este no es un libro de poemas, Quetzal Noah
www.instagram.com/Quetzal_noah
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elamanteideal · 4 years ago
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El terrible miedo a la soledad.
He platicado con varias mujeres de las cuales varían en edad. Que por común denominador temen quedarse solas. Según yo las niñas entre los 18 y los 20 y tantos que ya tienen su sexualidad activa, toman parejas temporales y así como inician un idilio y se entregan, los dejan y continúan su vida. Pero cuando llegan los 30 en adelante, muchas mujeres comienzan sobre todo cuando ya son madres, a sentir el pesar de no tener una pareja estable junto a ellas, apoyándolas, sintiéndose cobijadas, amadas, deseadas. En fin, atendidas en todos los aspectos y necesidades de toda mujer. De nuevo la programación de los abuelos hace meya en la educación de las Madres que idealizan el estado de toda mujer, en unión con alguien más. Y es esta precisa programación que idealizan relaciones con hombres que coinciden con ellas y no se percatan que solo son parejas de paso que solo desean satisfacer una sola de todas sus necesidades (de ellas), y principalmente de ellos. El ámbito sexual. Ya lo he dicho aquí la mala educación, sino es que pésima en el arte de la sensualidad y sexualidad con la que nos programan a los hombres en el mundo. Sobre todo, la pésima educación sexual que tenemos en México. No he conocido un solo hombre que reconozca que no tiene ni la pinche idea de como satisfacer a una mujer en la cama. Si le preguntan resultan que todos absolutamente todos son unos garañones, y lo dicen presumiendo la enorme lista de mujeres que han llevado a la cama. Pero eso es risible porque también los malos negocios pudieran presumir que han tenido en un año (antes de la pandemia), mas de 1 millón de atenciones a clientes digamos en un año. Y esto no quiere decir que sea un negocio excelente por tener esta larga lista de clientes de primera visita, lo que no dicen es que no hay mas de tres visitas y no regresan. Lo mismo pasan con los hombres, no saben seducir, son toscos, bruscos. Y no es todo culpa de ellos sino de la pésima educación heredadas por nuestros padres. Que en su mente inocente creían que llevándonos a visitar a una prostituta sabríamos todo lo que se necesita saber de la intimidad.  Que nos forzaban a ver películas pornos para que aprendiéramos lo que se tenía que hacer en la cama con una mujer. ¿Y que ganamos con esto? Programar en nuestro sub conscientes que las mujeres quieren ser dominadas, que solo son objeto de deseo y que están deseosas nada mas ven un miembro viril a ser penetradas con rudeza y sin previo, ni inmiscuir ningún sentimiento mas allá del simple deseo de poseerlas. Y así actúan el 99.9% de los hombres convirtiéndose sin saberlo en un fenómeno que yo podría (si los psicoanalistas inventan términos porque yo no), ignorancia y mediocridad sexual. Porque me dirán Uds. damas; que van apurados nomás las miran bichis (por los que no entienden la palabra sinaloense: desnudas), y quieren ir directamente a la penetración y muchas veces sin lubricarlas a Uds. Y ese forcejeo les duele y rosa, es un conjunto de brusquedades que se convierte más en una mala experiencia que en un recuerdo delicioso. Actualmente le dicen las nuevas generaciones millenials “hacer el delicioso” que no saben de donde viene, pero se generó en el cono sur del continente. Así le dicen por allá por Argentina, Perú, etc. Pero de delicioso no tiene nada. Porque somos unos auténticos antropopitecus erectus en la cama. Cómo animales, ya vez que miras al perro, en las granjas al gallo o al caballo o burro. Sin romanticismos ni previos, solo se trepan y le dan con todo a las hembras y terminan y salen chorreando y creen ellos que ya las mujeres quedaron contentas. Así o mas idiota el concepto de los hombres en pleno siglo XXI. ¿Entonces que nos diferencia de los animales? Aquellos hombres que ven unas tetas grandes, unas nalgas enormes, se van de bruces y ven solo tetas o nalgas con piernas, imaginándose perdón por la palabra vulvas con patas que andan caminando despistadas y en cuanto se encuentran un miembro se pelean por ser las primeras en ensartarse. Así tal cual es como ven a la mujer. Por eso desde el carro escuchas al pendejo que hace shhh sshh, pensando en su mente idiota que la mujer se parará y se subirá diciéndole: Amos pues para que me la metas. O silbándole, o diciéndole piropos subidos de tono. A eso se limita su seducción. ¿Somos o no somos cavernícolas?He mirado hasta videos en las noticias de enfermos que hasta corren los desgraciados para subirles las minifaldas a niñas o mujeres, ¡para qué? Que le toman video debajo de las faldas y suben en redes para que vean que grabaron sus calzones. Dirán aaaay eso solo los jovencitos calenturientos, pero no. Son señores de edad madura que actúan como bien pensarían como ¡¡idiotas pendejetes adolescentes!!Eso si todos ellos presumen de ser unos dioses en la cama, sería bueno preguntar sus desempeños a sus parejas o ex parejas para que quedara testimonio de calidad si lo son o no. A mi me costó mucho trabajo aprender aclaro. Yo no nací con todo lo que ahora se. YO era como esos cavernícolas. Yo tuve que aprender de las mejores maestras. Yo tuve que aprender a ser paciente porque no eran carreras, a que primero el previo para excitarlas y que se lubriquen, juguetear y luego ir despacio, endemoniadamente despacio para que ellas te griten ya penétrame, y las hagas sufrir prolongando la excitación. Ahora regresando en las mujeres, ellas idealizan las relaciones, y no hay relación que sea enteramente satisfactoria. Una relación damitas conlleva cosas positivas como negativas. Eso jamás lo piensan las mujeres porque idealizan que tener un hombre o mujer en casa todo será perfecto y sus mundos cambiarán todo para mejor. Sí así fuera no existirían los divorcios amores. Primero hay que ver si existe una conexión intelectual, sentimental, INTELECTUAL, y obviamente pasional y sexual. Porque pasional separado de sexual. Porque una cosa es la pasión con la que te besan, te abrazan y acaricia. Eso cualquier antropopitecus erectus te lo daría por las ganas que tiene de cogerte (perdón por la palabra). Y sexual porque una cosa es prender el boyler pero otra cosa es saber usar el juguete para jugar a la casita o al doctor. Hay quienes juegan como a las carreras a que te gano a venirte, a que te gano a gozar, a que te ay ya terminé, bueno gracias adiós. ¡Y las dejan con el primer gemido atorado cuando estos ya terminaron! Existen los divorcios por muchas circunstancias, apatía, incompatibilidad de caracteres ¿Qué es esto? Que no se entienden ni se soportan, porque no se baña, porque es flojo, porque no te apoya, porque tiene mal humor, porque me ofende, denigra, me golpea, porque grita mandándome como si fuera yo su sirvienta y no su mujer, etc. Y estas mujeres como bien lo dice el libro interesante que alguna vez leí: “Las Mujeres que Aman Demasiado”. NO pueden comprenderlo, ellas solo idealizan lo bonito que ven de sus amigas con novios o parejas. Lo que postean en redes sociales tan de moda. Y se sienten mal por estar solitas. Cuando ignoran que son envidia de muchas de ellas, por aquella frase que dice: Mas vale sola que mal acompañada. Pero que deben cuidar una imagen o se esfuerzan para que sus relaciones funcionen cuando los apáticos son ellos no ellas. Y sueñan que ese galán perfecto llegará a sus vidas y serán tratadas como todas unas princesas que bien merecido se lo tienen. Pero que pasa, se ponen disponible o muestran algún interés y saltan aprovechados que solo buscan placeres y Uds. mismas se engañan pensando que al fin hubo alguien interesados en Uds. ¿Y que hacer entonces, ser desconfiada, ser fría? Claro que no, si se dan cuentan las mismas mujeres aprenden lo que hay que hacer con el paso del tiempo. A los 20 años es muy sencillo tener aventuras en todas las relaciones de noviazgo o calenturas, se permite porque ya el tiempo así lo ha sabido aceptar la sociedad. Esto ni hablarlo cuando fuimos niños por allá de los 70’s o antes de esos años. Ya que se les tachaba de cualquiera a las jovencitas que andaban de cama en cama. Cuándo están en los 30’s o hasta los 40’s siguen preocupándose meramente por sentir miedo, un miedo terrible a la soledad. Principalmente por (repito) la mala programación de nuestras Madres que heredaron de los abuelos. Que una mujer sola era para desconfiar y se le apodaban como quedada, amargada, o hasta con pena que no tenía marido. Como si tenerlo fuera una seguridad de felicidad plena como la princesa de los cuentos que al enamorarse del príncipe “y fueron felices para siempre…”Pero algo pasa con las mujeres que superan los 40’s de repente o se adaptan a su soltería. O tienen claro que su principal interés radica en la auto superación personal. Y en vez de buscar una pareja con quien lidiar, solo tiene “amigos” “amigovios” (definición seguramente inventada por una mujer de esta edad para justificar relacionarse con algunos amigos. O propiamente dicho Amantes. Pero esto no es mal visto, sobre todo porque las mujeres que son las maestras de la discreción tienen sus amoríos en el mas estricto anonimato para no dar de que hablar de sus aventurillas de alcoba. Satisfaciendo así una necesidad únicamente. El de ser deseadas y el sexual. No quiero generalizar, pero sucede que esto es una realidad secretamente a voces. Las hay quienes buscan los bríos de los jovencitos mitificando que el semen juvenil les inyecta energía, vitalidad o juventud. O que la pasión y el deseo que demuestran dichos jovencitos en la cama, supera a la mediocridad con el desempeño sexual de la mayoría de los hombres maduros que solo van a hacer lo que van y no duran si quiera 30 mins, a veces ni siquiera la mitad de eso. En un gimnasio escuchaba a una 40tona que decía que a ella le gustaba tener amantes de 20 porque si le aguantaban la pasión de echar palos uno tras otros. Que su marido y amantes de su edad ni siquiera podían completarla logrando alcanzar un solo orgasmo, cuando los jovencitos le hacían venirse varias veces. Depende no hay que generalizar, hasta en los perros hay razas. También he escuchado entre los de mi género que las mujeres maduras ya saben a lo que van y son más difíciles de complacer porque ellas quieren dominar, decirles como quieren ser tocadas, y como desean que les hagas el amor y entonces evidencian que “ya no pueden”, o quizás jamás pudieron porque no tuvieron la educación sexual adecuada. Y piensan ambos sexos que entre más se dure es mejor, entre mas grande es mejor, y entre más rápido y rudo es mejor. Nada mas lejano de la verdad. No necesitan ser unos atletas sexuales para complacer a una mujer, los jugueteos previos, las caricias, los besos, vaya desde la seducción para que la mujer quiera tener relaciones con uno. Es como debe comenzar la faena, claro esto no es de todos porque no todos saben siquiera como seducir, algunos saben convencer por la labia y logran su objetivo. Pero una cosa es convencer y otra cumplirles. La segunda etapa es sensualizar a la mujer, es decir que sienta ser deseada, antes siquiera de quitarle la ropa. Caricias, besos, palabras dichas en el oído susurrando. Y por fin llega el desvestirlas lentamente y erotizarlas al pedirles que modelen su ropa interior. Que toda mujer que sabe serlo, escoge su lencería por si se da la ocasión de echar pasión. Así que pedirles que nos modelen damos en el clavo ya que ellas se visten para seducir y gustar. Y toda mujer tiene la fantasía de ser una bailarina como las de table dance. Para seducir no a un grupo de hombres, sino al que ellas eligieron para la intimidad. Entonces ambas fantasías aparecen y con esto logran excitarnos. Besarlas mientras las desnudamos es ideal e ir lentamente en el acto es lo mejor que se puede hacer. Pero entonces como pueden las mujeres pasar de idealizar tener una pareja o darse cuenta de que cuando llegue será lo mejor para ellas que no andan buscando un galán. Y disfrutar su sexualidad con responsabilidad. Obvio se debe hallar al varón que sepa recibir esa invitación a la intimidad y logre hacerlas sentir plenas en todos los otros aspectos que no solo llevan a la intimidad. Y no llegue a hacer carreras a ver quienes se vienen mas rápido y se marchan igual dejando a la mujer ni siquiera a la mitad de un orgasmo. Por eso el 99% de las mujeres no saben lo que es un orgasmo, o que todas saben y pueden eyacular. O que piensan que son frígidas por no sentir placer en la intimidad y solo cumplen porque son casadas y los maridos se lo exigen. O los novios. ¿Pero porque tener que tener en mente eso de sexualidad sin compromisos? Hoy amanecí con una noticia. Una mujer muy importante en mi vida me dijo que la hija de una amiga suya (su mejor amiga), había fallecido por COVID19 luego de semanas de agonía. Cuando antes de esto se hizo estudios en Culiacán y salió negativa. Confiándose de este resultado, la gordita jovial luego de semanas de agonía por fin falleció sin siquiera llegar a la edad madura. ¡Una jovencita! Así de frágil es la vida de todos, no tenemos la vida comprada y nadie nos asegura que llegaremos a viejos en esta vida. Si la vida es un suspiro, porque tener que vivir arraigado a ideas de un ideal que nos heredaron los abuelos a través de nuestras madres. Qué pasaría si estas mujeres que anhelan una pareja ideal en sus vidas un día dejan este mundo desamparando a sus hijos, enamoradas del amor, esperando al príncipe azul que jamás llegó. Y que pasaría si tomaran la idea de no ser utilizadas y en cambio pasar a disfrutar de su intimidad con los que ellas elijan. Y no solo ser objeto de diversión de cualquier tipejo que presumen de garañones y ni saben coger. ¿Esto es para reflexionar no es cierto? O que opinan Uds damitas, me gustaría leer sus puntos de vista a favor o en contra. Invito a todas a participar para que sirva sus palabras a todos los hombres que estamos aquí para que al leerlas aprendamos como piensan, sienten y desean ser tratadas Uds. Por nosotros.
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adrianeleuteri · 6 years ago
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LOS INCENDIOS
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Hay un preludio, un estado de gracia que precede a la tormenta. A veces al intentar dormir, al poco rato de cerrar los ojos, quedo atrapado ahí: una noche sinaloense, friísima, plagada de montañas negras. No nos podemos marchar, las cámaras de televisión local llegan y montan un show con nosotros, con mis amigos, con sus esperanzas. Alguien saca una bandera y se retrata con ella. Yo me alejo y, más allá, frente a un autobús, un migrante al que no he visto en todo el camino corre tras de mí. Chele, grita, y al darme alcance dice: no se vaya. Mi bandera es su bandera, sosténgala. Usted ya es hondureño. Y finaliza con una flecha que me entume el esternón: Usted ya es uno de nosotros. Conmovido, tomo la bandera en mis manos. Me retratan. Algunos regresan al espectáculo televisivo a abrazarse con las modelos, o (no sé cómo llamarles) reporteras, o modelo-reporteras; y está bien, lo entiendo. Prefiero subir al autobús y trato de conciliar un poco el sueño. Horas más tarde el camión avanza, pero al rato se detiene en un paraje abandonado. La pesadilla se desata.
Han pasado meses desde aquella madrugada y, sin embargo, en este receso involuntario en el que estoy, como si mi cuerpo bajara la guardia y recibiera por fin la brutal resaca, como si los apéndices del terror hubieran recorrido secreta e imparablemente los laberintos de mi inconsciente y se estrellasen una y otra vez contra el muro que los separa de la consciencia, cuando supe del calvario de Joa, el muro estalló y dejó entrar a esa cosa hecha de miedos constreñidos.
La última semana fue la peor, en meses. Llevaba un tiempo tratando de rastrear el origen de los incendios —desde lejos, por desgracia, a causa de una convalecencia innombrable—. Los montes mexicanos ardían a lo largo y ancho de la República y existían indicios de que la catástrofe era una creación artificial. Dibujar, escribir, recordar. Pero en sentido inverso. Ese animal extraño no ha parado de clavarme su aguijón, no hay anestesia. La memoria es una sabandija hambrienta.
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Caravana migrante en el desierto de Sonora, noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Johanna no murió, a Johanna la murieron. Los agentes del Immigration Customs Enforcement (ICE) le negaron en todo momento el medicamento requerido para atacar su enfermedad. Lo pidió una y otra vez durante meses hasta perder la conciencia. En el último momento la trasladaron a un hospital, pero los médicos, dada la debilidad de ella, no lograron salvar su vida. La noticia me disparó la mente, los sentimientos, los recuerdos. Quizá por eso cuando revisé la publicación en línea donde fui etiquetado tecleé esa historia desde mi móvil. Un aroma nos suele transportar a la exacta ocasión de la experiencia; en mi caso, la clave del impacto fue una imagen. Se trataba del lábaro arcoíris de la comunidad diversa siendo consumida por una llamarada. A la fotografía la acompañaba otra de un púber con un filtro de hocico canino y una captura de pantalla de su acotación: La basura se quema. Bajé a la caja de comentarios y después de leer declaraciones oscilantes entre la indignación y el odio, sin pensarlo mucho, escribí lo siguiente:
“Estuve ahí, recuerdo cómo empezó cada cosa. Sólo los idiotas juegan con el fuego sin respeto. Yo mismo fui un idiota cuando volví cenizas mi cuarto y también cuando quemé con toda la intención la casa del amante de mi madre, con ellos dos adentro. Yo era el fuego. Yo era ese fuego y en la noche oscura de la infancia iba quemando todo a mi paso mientras corría con los ojos llenos de lágrimas. Así, en el peor momento, en una cueva basáltica al lado de una carretera que daba a la cumbre de una montaña húmeda, rodeado de miles de veladoras en ese lugar que hubiere jurado era la mismísima cueva visitada por el pobre Macario, se apareció ante mí el Señor S y me preguntó si quería ser miembro de su sociedad, una sociedad de voluntarios dedicados a combatir el fuego, el fuego real y el metafórico, el fuego en las pupilas insaciables de Nerón, el fuego lépero y bandido de las antorchas del Klan. Yo no estaba seguro, así que me llevó afuera y se puso a escalar la montaña. Llovía. Yo lo seguí. Cuando estuve a su lado quedó absorto, contemplando el horizonte y en un momento señaló hacia un punto en específico. No vi nada, entonces puso un catalejo en mis manos. «Allá», dijo, «allá». Sólo así pude ver. Eran las antorchas nazis. Eran los negros colgados como frutos extraños de árboles quemados hasta hoy y para siempre por una lama abominable. Eran estudiantes masacrados en Tlatelolco y Tinanmen. Homosexuales caribeños confinados en campos de concentración por milicianos revolucionarios. Eran vándalos arrojando bidones de gasolina a muchachas transexuales oriundas la Cintura de América (Neruda dixit). Vándalos imperiales sin dignidad negándoles medicamento a chicas enfermas, alimentándolas con lumbre. Y a lo lejos, al último, ahí estaba yo, corriendo, quemando a todos a mi paso, cuando niño. «Me lleva la chingada, Señor S, la cosa está cabrona» dije, y de inmediato ofrecí disculpas, entonces el Señor S, como si olvidara o no hubiera prestado atención a mis palabras, dijo «mira, mira ahí», y cuando miré descubrí el llanto diáfano de Billie Holiday sobre las sogas; vi a Gilberto Bosques estoico frente a los nazis rapaces y vi al consejo de guerra del Tercer Reich mandar a fusilar a un oficial por doblegarse ante una voluntad ajena; vi a ese muchacho detener la pesada maquinaria de un tanque con el poder de la vulnerabilidad propia; y, sí, sí, también vi a Reinaldo Arenas teclear las páginas más rabiosas y emocionantes contra la locura patológica del comandante desde su departamento en Nueva York, en donde un vaso estalló sobre la mesa, de la nada, como un augurio, como un acuse presencial de esa nueva enfermedad. Incluso, amigos, a través del catalejo, desde esa roca alta y basáltica de los bosques perennifolios coníferos de mi ciudad natal, una ciudad bicolor, labrada en verde y negro, nombrada en honor a la mujer de Cristo y, vaya dicotomía, en honor también de un esclavista español, vi a Grecia, a Anakay, a Allegra, a Ashley, a Estuardo, a Anthony, a Chris, a Leah, a David, a Nicole, a Irving, a Alex, a Walte, a Magui, a Cristóbal, a Irineo, y a tantas y tantas personas más luchando junto a ellas o a distancias kilométricas para extinguir el fuego de los tiempos, un fuego milenario que en ocasiones devora por completo a quienes tratan de sofocarlo. Ese fuego, por desgracia, es sempiterno. Y está el asedio. Un asedio exclusivo para quienes lo detectan, para quienes lo combaten. Si prestan atención, si los miran bien y hurgan en ellos, en sus ropas, en sus aposentos y pertenencias lo suficiente, descubrirán un catalejo. El Señor S dijo que debía marcharse. De inmediato le tendí el inusual objeto. «Es un regalo», dijo, «si no lo quieres ya sabes qué hacer». Fallé. Por fortuna. Mi madre salió a abofetearme. Las revistas pornográficas regadas. Y el fuego quedó instalado en mi interior muchos años. Ha pasado tiempo, amigos míos, y hoy pongo sobre su mesa este artefacto. Miren bien y tomen distancia equilibrada frente a las llamas. Y otra cosa: el catalejo, primero apúntenlo a un espejo y, si lo hay, descubran cuán poderoso es el incendio. A veces sucede que es un fuego irremediable. Si eso ocurre la lumbre no podrá apagar la lumbre. Peregrinen, entonces, a los bosques de perseas y ardan con la gracia del Bennu. Porque vendrán, tengan por seguro que vendrán, unos u otros, armados con cerillas o catalejos. Podemos elegir, cuando llegue el momento —y ha de llegar: con lágrimas en los ojos lo han de contemplar—, entre dar faena, dar combate o, por el contrario, ser otra flama, ser una lengua más del infame y voraz infierno que ya nos devora. Adelante.”
El día siguiente, la noticia de otro incendio me sentó de un solo golpe. A dos personas que mencioné en las líneas anteriores les ocurrió algo sumamente desafortunado e injusto. Para hablar de ellos voy situarme en el origen de mi nueva situación.
Me uní al gran Éxodo Centroamericano queriendo ser un ente invisible, con ojos, oídos y dedos para narrar lo acontecido; ojos, oídos y dedos, empero, incapaces de influir sobre la realidad circundante. No obstante, al paso de los días fue imposible cumplimentar esta regla autoimpuesta, pues el hambre, la sed, el cansancio y la enfermedad la padecimos juntos los viajeros y en la necesidad nos apoyamos como pudimos; pronto me di cuenta que podía hacer mucho, que debía hacer mucho, y puse mis conocimientos al servicio común; actué, intervine, dije, opiné, tomé decisiones, di la cara. Influí. Hubo peleas, roces de carácter, enfrentamientos. Pero también carcajadas, camaradería. Buenos momentos. Esos extraños caminantes ya no eran ajenos a mi circunstancia, se volvieron mis hermanos. Ya no era su historia, era la nuestra. La prueba de fuego, una prueba ígnea en todo rigor accidental, vino a ocurrir la noche del incidente en aquel paraje yermo de Sinaloa. Estuvimos a nada de ser vendidos al narcotráfico. El trabajo en equipo y la confianza en nosotros mismos nos salvaron. Antes de esa noche nunca experimenté el verdadero terror. Escapamos, logramos pasar a Sonora y de ahí a Baja California. En Playas de Tijuana, la segunda noche, mientras nos reponíamos de las enfermedades y el cansancio, los vecinos decidieron sorprendernos a pedradas, luego, orgullosos, cantaron el Himno Nacional. Como mexicano jamás sentí tanta vergüenza. Las rocas impactaron antebrazos, puños, frentes y rozaron cueros cabelludos como hachas apaches y a mí me dolió la patria, esa cara tumefacta y vomitiva orgullosa de su estética que no vi antes de frente ni tuve cerca. Algunos nos desperdigamos por la playa, pero la cacería siguió. Un pequeño incendio a lo lejos. Con antorchas en lo alto los vecinos peinaban el malecón, la costa arenosa y todos nosotros, sangre viva, sangre caliente, fuimos derramados por las arterias laceradas de la zona y nos vaciamos por completo sobre coladeras, banquetas y parques.
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Caravana migrante el día de nuestro arribo a Playas de Tijuana el 12 de noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
La mañana siguiente, con la moral por los suelos, solos o en grupos, regresamos de todas partes al gran faro de Playas. Reporteros de muchas partes del mundo llegaron con su equipo técnico; rápidos, siempre expeditos, hacían sus entrevistas, tomaban sus notas y se marchaban. Había una enorme reticencia a ellos, sobre todo hacia la prensa nacional y centroamericana porque el trabajo mostrado en sus medios nos caricaturizaba; un momento baladí filmado en cámara lo cambiaban de contexto para generar la redituable imagen sucia, indigna e irrespetuosa del migrante. No se arriesgaban, llegaban a puntos seguros, tomaban lo que querían y partían a deformar lo cierto, a bosquejar el espectáculo de lo grotesco. Hable poco y fui directo. Luego, en solidaridad con mis hermanos, callé. Sentado, mientras el bullicio de Babel se iba apagando, con la cabeza gacha y una maraña de nervios calcinados en el antro llagado del estómago, ejecuté Bésame mucho en una flauta dulce, pero en su versión inglesa, es decir: Yesterday y a petición de mis amigos, notables conocedores de la música popular mexicana, entoné Amor eterno. Las varias voces iban callando y al terminar la sentida prestidigitación ya no volvieron. A excepción de una. Masculina, inglés impecable. Sin alzar la vista hallé en su tono angustia, percibí preocupación. Le afligía el suceso de la noche anterior, buscaba un lugar seguro para nosotros, lo consternaba la poca cooperación gubernamental, era partidario de trasladarnos al Parque de la amistad en la Mesa de Otay, pero la gran distancia y sobre todo el hambre terrible que nos agobiaba y de la cual el dueño de esa voz era consciente lo hicieron plantearse un plan de urgencia. Fui alzando la vista poco a poco. A lo mejor por el perfecto inglés, acaso por el férreo tesón en la búsqueda de opciones para ayudarnos y la grave indignación que percibí en su voz, a lo mejor por estar rodeado de reporteros extranjeros, esperaba encontrarme, quizá, con un corresponsal anglosajón. ¡Pero no! Era un hombre de mirada fija y penetrante, ojos blanquísimos, pelo entrecano y piel notablemente quemada por un sol de años. Poseía el don natal del liderazgo y, cuando se echó a andar, la inmensa mayoría lo siguió. Un compañero y yo buscamos por el Paseo de Playas a nuestro núcleo de camaradas. Fue en vano. Al regresar al faro ya no pudimos rastrear la caravana. Los vecinos de Playas se reorganizaban, de a ratos nos llegaban amenazas, insultos. Como pudimos partimos y llegamos al Deportivo Benito Juárez, un albergue improvisado que junto con sus calles aledañas sería nuestro futuro gueto, en el que por las noches no imperaba ley alguna y en consecuencia muy a menudo ocurrían agresiones físicas, disparos y levantones. No alcanzamos lugar, el privilegio lo tenían las familias con niños; los camiones repletos de seres humanos fatigados y enfermos, rechazados desde sitios tan distantes como Mexicali, no paraban de arribar. La angustia, la desesperación apremiaba, entonces recibí la llamada del grupo de amigos que no encontramos en la playa; habían logrado conectar su celular en un local, iban en caravana, se dirigían a un lugar que llamaron “Caracol”, en el Centro de Tijuana, a unos metros del gran Arco. A pesar de las advertencias de no pocos periodistas locales, subimos por la calle 5 de mayo y doblamos en Coahuila hasta llegar al Arco. Durante el trayecto fuimos depositarios de amenazas y ofensas por parte de automovilistas y transeúntes. No confrontamos, no respondimos, caminamos con la mirada puesta al frente sin titubear. Dimos con el Arco. Metros más abajo, frente al Museo de Cera, encontramos ese lugar llamado “Enclave Caracol”, ahí nos reunimos con nuestros amigos y compañeros de travesía. Adentro del pequeño local fuimos alimentados, pudimos descansar, hacer llamadas de larga distancia y recargar baterías de celulares, todo de forma gratuita. Enclave Caracol resultó un verdadero santuario en una ciudad que nos recibió a escupitajos y pedradas del tamaño de la mano, una urbe marginal del medioevo hecha de migrantes que expulsaba migrantes por considerarlos ratas. Tijuamelín. Esa tarde enfrentamos un problema a la postre recurrente: la corrupta policía tijuanense. Enclave Caracol estaba lleno a reventar, simplemente no cabían más personas adentro, muchos, recostados sobre cajas de cartón o sobre el llano suelo, descansaban en la pequeña explanada, a un costado del Museo de Cera. Un vagabundo se plantó en la acera, encendió un guato y se puso a fumar, por consecuencia, el olor de marihuana encendió alarmas susceptibles. Como si fuera un acto recurrente, mal planeado, mal actuado, de inmediato llegaron oficiales de policía a jalonear e intentar llevarse, no al vagabundo, quien se escondía detrás de la carrocería horizontal de la patrulla, sino a compañeros nuestros. En ese instante intervino el hombre de Playas, ahí lo volví a ver, dueño de un aplomo encomiable; tras escuchar nuestros reclamos inmediatos, logró poner a raya a los gendarmes, los cuales se marcharon encabronados sin el vagabundo y sin ningún migrante; me asombró ver cómo logró poner bajo control la situación. Cansado visiblemente, se acuclilló frente a un poste de madera. Luego empezó a hablar. Sin ser moralista nos advirtió sobre el uso de drogas en el perímetro; sin ser alarmista, de los peligros de la ciudad; sin ser derrotista nos hizo reflexionar en los modos y posibilidades para cruzar a los Estados Unidos y en las formas específicas para aplicar al asilo político. Ya comidos, ya descansados, instó a movernos de inmediato; en el espacio reducido del Enclave Caracol no había cabida para el alojamiento de semejante cantidad de personas. Además, el santuario resguardaba celosamente dentro de sí otra caravana vulnerada surgida al interior de la gran caravana e incluso maltratada por la misma: las chicas transexuales de la comunidad LGBTTTI+ que huían de Centroamérica, amenazadas de muerte. La opción, de momento, así nos lo hizo saber el sujeto de Playas, era el albergue Benito Juárez, haría cuanto pudiera para ingresarnos. No se rendía ni conformaba, hallaba la alternativa, no obstante, fue claro, ahí no podíamos pernoctar. A pocos metros de nosotros yacía el desagüe del Río Tijuana, un gran canal a donde iban a dormir los indigentes; la maña, como se apoda al crimen, hacía cosas terribles con ellos, por diversión. La personalidad de ese hombre, su forma de hablar, su lenguaje corporal, la honestidad inocultable de sus gestos, su sencillez, ese aire de cansancio perpetuo y sin embargo equilibrado por un talante de acción infatigable, llamaron magnéticamente mi atención, por eso, mientras respondía preguntas y miraba a su flanco izquierdo, osé interrumpirlo: alcé la voz y pregunté su nombre y ocupación. El sujeto giró su rostro lentamente hacia mí para mirarme fijamente; ojos blanquísimos, penetrantes, serenos, el surco cruel de las ojeras, casi madrazos, putazos ágiles de insomnio, el ceño fatigado, severo, dientes titanio, estalagmitas albas.
    —Irineo Mújica —dijo con un recio pero lento movimiento de quijada, ere concreta, labios estirados en las i—, de Pueblo Sin Fronteras. Andamos acompañando a la gente, ayudando como podemos.
    Sin dejar de mirarme, de brazos tendos sobre sus rodillas y palmas estáticas, abiertas de forma natural en su dura anatomía, guardó silencio dos segundos, alzó leve la barbilla y, con voz firme y desafiante, cifrada en ese peculiar binomio suyo el cual despliega una inconsciente gesticulación tenuemente exagerada y una dicción precisa, cuasi impoluta, dijo:
    —¿Y tú quién eres?
    Me presenté al momento de estrechar su mano. Dije además que era poeta y escritor y que el viaje lo había hecho hombro a hombro con los migrantes. Juzgando mi carácter, como quien está acostumbrado a escudriñar en lo abismos oculares y dar siempre con la verdad, Irineo Mújica siguió mirándome fijamente. Creo que asintió. Giró la cabeza sobre su hombro izquierdo y continuó con la respuesta interrumpida estrepitosamente por mí antes. Tomé una fotografía del momento. La imagen me gusta porque en ella, más allá del relato en primer plano, se condensan otras historias, algunas de terror. Si observamos bien, al fondo aparece un local con la palabra “DENTIST”, encima de la entrada una leyenda reza: “UNIDAD MEDICO Y DENTAL LOS ANGEL´S”, el spanglish figura en gran cantidad de rótulos y no son pocos los estadounidenses que viajan a Tijuana a atender su salud bucal porque simplemente es más barato y los trabajos son de buena calidad. En la esquina inferior izquierda un migrante usa una gorra con el logotipo de una de las organizaciones criminales mexicanas más infames de todos los tiempos: el Cártel del PRI; a lo largo del trayecto en ocasiones recibíamos ese tipo de “caridad”, algunas veces, acompañada dentro de bolsas sublimadas con el nombre de gobernadores o alcaldes, venían latas de atún y botellas de agua rotuladas a plumón con mensajes de solidaridad para los damnificados del terremoto del 19 de septiembre de 2017; era la ayuda en despensa enviada por gente de todo el país y confiscada en carreteras por esta peligrosa organización delictiva. Al centro de la fotografía, usando una playera negra, acuclillado, yace Irineo; los estampados en su prenda bien podrían ser un retrato suyo: hablaríamos entonces del liderazgo del lobo, del arrojo del lince y del sacrificio del águila. Del lado derecho de la captura, en perspectiva entre dos postes, sobresale la cabeza de un migrante que lleva una gorra con el bordado de la efigie de un venado, ese hombre que mira al lente con un solo ojo es Isaac; él y yo nos conocimos sobre el toldo de la caja de un tráiler cuando atravesábamos por carretera decenas y decenas de plantaciones de agave de las tierras de Jalisco. Cierta mañana Isaac, nueve amigos más y yo compartimos a las afueras de Guadalajara minutos estresantes y cardíacos, no por el hecho de ir colgados y aferrados a los hierros de la mole, sino porque un par de encapuchados embutidos en chalecos, armados con sendos cuernos de chivo, nos dieron alcance en una camioneta y nos bajaron de la máquina a fuerza de violencia verbal promovida por la amenaza no declarada pero implícita de los cañones frente a nuestras caras. Todo fue tan rápido que no tuve tiempo de sentir miedo pero sí de razonar aquél momento como nuestro final. Nos apostaron a la orilla de la carretera, frente a un pedazo de tierra cercenada recubierta de yerba. Quizá por nuestra apariencia, demasiado pusilánime, demasiado hecha mierda, demasiado poca cosa, no dispararon cuando, entes autónomos pero movidos por no sé qué fuerza a la manera de un solo organismo (al recordar nos pienso como un gusano de múltiples podos), bajamos los brazos de la nuca y comenzamos a avanzar uno por uno detrás de otro sin detenernos a mirar atrás. No tengo dudas; la rastra iba embarazada.
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Isaac (pulgar arriba) y Gerardo (medio rostro) aferrados a la cabina de un tráiler o "rastra" (Centroamérica) momentos antes de ser encañonados en la Carretera Federal 15D a las afueras de Guadalajara, Jalisco. Noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
  Las semanas posteriores vi a Irineo en diferentes puntos de Tijuana. Algunas veces en nuestro gueto, el albergue del Deportivo Benito Juárez, hablando ante miles de centroamericanos sobre la posibilidad de emigrar a Canadá en vez de a los Estados Unidos. En ocasiones sólo y exhausto, sentado al centro de la rara quietud del Enclave Caracol en esos días, la frente perlada, un vaso de agua al hilo. Inglés, español, llamadas telefónicas, mil cosas por hacer. Siempre dispuesto, las ideas, la capa sobre el barro. En esos instantes calmos en los que lo contemplaba a la distancia dentro el salón, venían a mi mente los cuadros desoladores de Hopper, cuadros potentes en su colorido, majestuosos en su abanico de luz, melancólicos en su composición, devastadores en lo que comunican, dolientes en lo que ahí no está, pero inefables en su todo. Sin estar a la vista, el hombre de Playas estaba ahí.
Un día todos nos fuimos. El núcleo de sangre. Los 8 bastardos. Algunos a San Diego. A Monterrey. A la Ciudad de México. A los confines verdugos de Centroamérica. Otros simplemente nos desvanecimos en los intestinos lúgubres de los suburbios de Tijuana y al gueto del Deportivo Benito Juárez y al Enclave Caracol ya no volvimos.
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Desagüe del Río Tijuana próximo a la Garita de San Ysidro. Noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Meses después en Guatemala, en otra caravana, acompañado por un grupo de chicas supervivientes de las matanzas de mujeres transexuales en El Salvador, en la pequeña ciudad de Tecún Umán, en una calle aledaña al Río Suchiate, volví a ver a Irineo Mújica. Llegó a un puesto de comida gratuita improvisado en una entrada angosta frente a la cual nosotros descansábamos. Él era parte del contingente que ofrecía alimento a los migrantes sin pedir nada a cambio. Visiblemente agobiado por la humedad del aire y la violencia de un sol desplomado a quemarropa, venía de cotizar precios de gas licuado en ambos países y a dar aviso sobre el lugar con mejor coste. Imparable, terco en su tarea, así como llegó se fue y ya no lo vi más. Ese mismo día, momentos antes de reencontrar a Irineo, conocí a Cristóbal. De sus manos recibí los alimentos que saciaron mi hambre y la de las chicas. Le acompañaban Jenni, Denis, Irving, Magui, Walter y varios voluntarios más. Pronto la comida preparada en una cacerola enorme estuvo lista. Entre todos la fuimos a repartir a los migrantes que iban haciendo fila durante días sobre el puente internacional para obtener un salvoconducto con el cual poder pasar por México sin la obstrucción del Instituto Nacional de Migración. El sol era un desgraciado. El sol era un auténtico hijo de perra, pero más aún lo eran las bandas de criminales al acecho por todo el territorio, acogidas en resquicios siniestros del Estado o adversarias intermitentes de él. Los peligros eran reales. Valía la pena esperar. Las chicas desplegaron una enorme bandera arcoíris, en los altoparlantes Irving reprodujo el himno general del Éxodo: “JOH, es pa´ fuera que vas” y, como si fuese casi una lección, incompleta o dispersa, un puzzle sólo visible para pocos o una epifanía a punto de golpear a hierro y nublar el aire con sangre ligerísima a través de volutas diminutas, casi invisibles, el ímpetu y los ánimos ascendieron de las agrias tierras híbridas de la frontera al inconmensurable y homogéneo cielo añil de Mesoamérica.
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Kendra (der.) y Aitana (centro), acompañadas de Walter (izq.), ondean la bandera LGBTTTIQ+ sobre el Puente Internacional Dr. Rodolfo Robles que une Tecún Umán (Guatemala) con Ciudad Hidalgo (México). Enero de 2019. Foto: Adrián Eleuteri: archivo personal.
Semanas después las chicas y yo llegamos al albergue instalado en el estadio Jesús Martínez “Palillo”, en la Ciudad de México, el mismo donde miles y miles de seres humanos habíamos pernoctado meses atrás. Esta vez, con el paso de los días el trato hacia las chicas fue cambiando de indiferente a inhumano, los marinos que servían el alimento decidían a quién lo convidaban y a quién no. Se burlaron de las chicas transexuales. Les negaron la comida. Expusimos la situación de inmediato y en persona con cierta funcionaria de Derechos Humanos, la cual no quiso identificarse. Su respuesta fue tajante: Si tengo que elegir a quién creerle, entre ellos y ustedes yo les creo a ellos, los muchachos de la Marina son muy buenos. Los defendió a como dio lugar, no quiso escuchar más, tampoco investigar o confrontarlos, mucho menos abogar por las chicas ante el abuso de figuras de autoridad acontecido una y seis veces en sus narices. En pocas palabras, para ser claros y precisos, no quiso hacer su trabajo. Muy rápido la situación se hizo insostenible. Al paso de los días logramos una resistencia moral contra las injurias cotidianas. No contra el hambre. Por eso partimos una madrugada, en silencio, con rumbo hacia el norte, donde el frío de febrero nos quemó las manos y su viento seco nos navajeó los pómulos. Ciudad Juárez es la urbe mexicana número uno en transfeminicidios y al momento de nuestra llegada fue la única con frontera abierta al solicitante de asilo político en los Estados Unidos. Así llegué a Santa Teresa, la santa Teresa cuyo autor describió magistralmente como nadie, pero la cual no pudo pisar con planta propia. Un día, divididos por rejas romboidales, con el corazón desgarrado, les dije adiós a las chicas, las lágrimas fluían y las gotas, gordas, improbables, iban a estrellarse contra mis botas mientras me alejaba paso a paso. No regreses, viejo, y no voltees, me dije. Pero lo cierto es que volteé, volteé dos, tres y cuatro veces y golpeé mi palma derecha contra el pecho. Así. Asá. Las vi llorar. Es eso, la sangre, sangre remota de otras médulas que se vuelve la linfa vital de tus entrañas. Y ahí el viento, helado, prepotente, cerros tatuados, pedregosos, camiones anticuados y, sin embargo, posibles sólo ahí, identitarios, multicolor, cabrioleados con nombres de chicas quinceañeras, muertas en mi imaginación: “Lupita”, “Jennifer”, “Gabriela… Al caminar la ciudad me puse a pensar en Archimboldi, en el hígado que no llegó y en esa máquina de escribir "¡estrellada contra las rocas!" Va por ti, camarada, dije, y en su honor seguí andando sin rumbo fijo, mirando sobre las calles y las avenidas los bares, hoteles, plazas, clínicas, paradas de autobuses, y gente amable, amabilísima, dispuesta a ayudar al foráneo y llevarlo hasta tal o cual lugar para que no fuera a perderse, para que no se lo quebraran por despistado, por sonso, por güey, por güero, porque “ya volvieron, quienes quiera que sean esos cabrones ya volvieron, y están matando, otra vez”, dijo la señora que me sacó de las calles cercanas a su barrio, dado que los narcomenudistas locales no permitían la entrada de personas ajenas a la vecindad. “Ya ni la muelan”, dijo, “aquí todos venimos de otras partes”. Luego cuestionó mi procedencia, es decir: mi lugar de origen. Yo le dije que era del D.F. O bueno, así le dije, de la Ciudad de México, aunque no me acostumbro decirle de esa forma, lo cual es gracioso, pero más bien chocante porque cuando se llamaba D.F. yo le decía Ciudad de México y ahora casi nunca estoy en la Ciudad de México y el D.F. ya no existe, tampoco los que alguna vez fuimos defeños, por decreto fuimos eliminados y ahora todos los entes de esa ciudad enigma nos encontramos en un delicado caso y ese delicado caso es no tener nombre oficial: un gentilicio, y no podemos andar por la vida ni por el mundo apodados nada más con el estúpido, estúpido e impreciso mote de chilangos, por lo cual, le dije, yo proponía el nombre de mexicapitalinos o, en su defecto, capitalomexicanos, y que por supuesto, entre ambas opciones yo prefería el gentilicio de mexicapitalinos, sobre todo si la “x” se pronunciaba como en los tiempos prehispánicos, con el sonido de la “s” y de la "h" juntas. Luego le pregunté su opinión. “Yo no sé de esas cosas, joven, yo soy de Guerrero”, dijo, “y ahí sí tenemos nombre”. Yo dije: “guerrerenses, claro”. Y ella respondió: “No; molones. Chingones, pues; rebeldes”. Y enseguida comenzó a reírse y también yo empecé a reírme y cuando recobramos el aliento, cuando la catarsis expiró, o al menos cuando creímos que así fue, porque en realidad no hizo más que comenzar, ella dijo que era de un pueblito llamado Atoyac, muy verde, muy bonito, de gente muy buena, muy consciente y muy jodida, y que de tan jodida un día se levantó para ya no más hincarse. Dijo que a su padre y a su hermano los militares los arrojaron desde un helicóptero y que sólo el cuerpo del padre lo devolvió el mar semana y media después, por eso había emigrado a México, más tarde a San Luis y luego a Juaritos, donde ya llevaba veinte años viviendo y trabajando. Juaritos fue su salvación y Juaritos la enfermó de cáncer, aún así vivió en calma muchos años hasta que cayó la lepra en la ciudad —la primera vez fue trágica, pero sin horrores, la segunda, en cambio, lo transformó todo para siempre— y la necrosis fue apareciendo sus pedazos en terrenos baldíos y puentes. Se hizo el silencio. Le pregunté si ese Atoyac del que me hablaba era Atoyac de Álvarez y ella dijo que sí, que si lo conocía y yo le respondí que sí, que había estado ahí hacía unos diez u once años y la señora dijo mire nada más, joven, mire nada más. Casi caía la noche cuando abordé un camión estridente cuyo arte caligráfico en el parabrisas ostentaba un nombre zapoteco; su significado se puede traducir como te amo, es decir: ”Nayeli”. A Nayeli no la imaginé muerta, a Nayeli la imaginé desaparecida. Adentro el coma hipnótico del gas neón, sobre nosotros, en bellísimas cursivas las palabras Dios nos bendiga y a mi lado, sobre el vidrio, tallada en letras chuecas la frase: Putos chilangos coman pito. Olor a fósforo, clorato de potasio. Miré por la ventana, cerros de jeta anaranjada y lomos pelones, cuasi grises y a sus faldas, vibrante, la luz de los negocios brotaba de repente como salpullido infante. El tatuaje cálico en la cara de la sierra que muchos días fue mi norte se fue apagando. Imaginé al monstruo hibernando. Pero quizá no dormitaba. Quizá pasó a mi lado. Quizá miró mi rostro distraído por la ventana desde su hipotético coche de lujo o a lo mejor de factura corriente, un coche demasiado común. Ese monstruo que vivía en Juárez o ahí llegaba salivando desde El Paso, o desde allende corazón hermético y cobáltico de Samalayuca (el núcleo radical que años atrás le arrancaría la cabellera a una mujer molona —chingona, pues; rebelde—), miraba sí o sí los treinta y un signos colosos cauterizados en el horizonte: "CDJUAREZ LA BIBLIA ES LA VERDAD LEELA", a lo mejor se santiguaba, a lo mejor le daba igual y pasaba de largo, pero los veía, por supuesto los veía, quizá ya no como una oración imperativa, quizá ya no como una invitación, sino como una constelación desangelada, triste, quizá ya muerta o a punto de desaparecer, sí, pero al final indeleble, imborrable, penitente, pues su luz viajaba a velocidades catastróficas por razones desconocidas desde el Monte de la Tentación en el Desierto de Judea hasta el Cerro Bola en el Desierto de Chihuahua, luminarias moribundas, rectángulas y oscuras sobre las que el monstruo hablaba sin parar, o no, después de beber un par de tragos en el Cavas Bar o en el Divas, de los cuales saldría muy a menudo con una chica, la caza, la estratagema, el engaño, la violencia, la luz muerta, cariño, es la luz muerta, la soledad, el horror y la ignominia, la luz rectángula, diría, la luz oscura, y luego la brutalidad siniestra, la mutilación del cuerpo que después vomitaría en las calles, avenidas, puentes, canales y lotes baldíos de la ciudad, y los transeúntes y los oficiales de policía y los reporteros y los forenses y el propio monstruo inadvertido en la muchedumbre lo fotografiaría cuando los signos colosales cálicos volvieran a cristalizar por la mañana la rutina categórica de las personas en la matriz monumental de su desierto. Sobre Juaritos vi el signo de la lumbre. Sobre Juaritos vi un incendio inmemorable, innenarrable. Juaritos ardía en luces de ausencia. Todos nos quemamos.
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La bandera del orgullo transgénero ondeando en la azotea de casa "Respetttrans Chihuahua". Ciudad Juárez, abril de 2019. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Las fotografías del largo viaje me conmovieron, vi decenas, quizá cientos de ellas en mi móvil, luego, todavía hambriento, aún prendido a la adicción del vértigo, me puse a leer noticias pasadas. En una nota de Sin Embargo volví a ver a Cristóbal Sánchez. Había sido golpeado por policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México a las afueras del Deportivo Magdalena Mixhuca, frente a las escaleras del metro Ciudad Deportiva, exactamente a un costado de la entrada que da al estadio Jesús Martínez “Palillo”. Hay registros videográficos del hecho: un oficial de policía se acerca a Cristóbal, tranquilamente en apariencia, pero al instante intenta someterlo, más policías lo emulan y él opone resistencia. Entonces alevosamente un uniformado le suelta un golpe rectó en la cara. Lo muelen a golpes.
Cuando pienso en el albergue del Deportivo Mixhuca imagino ese lugar como una planta, una sugestiva flor carnívora que engulle migrantes, una planta autóctona de esta autoproclamada ciudad santuario que a la luz pública recibe de fauces abiertas a miles de peregrinos y una vez confinados en su interior los digiere lentamente.
Putos chilangos coman pito dios nos bendiga.
La última vez que vi a Cristóbal en persona él preparaba platillos sencillos para los migrantes afuera de la estación migratoria de Ciudad Hidalgo. Me preguntó si había comido y aún sin esperar respuesta me tendió un plato de arroz.
El día de ayer fueron detenidos de manera arbitraria Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez en Sonora y en la Ciudad de México, respectivamente, por elementos de la Fiscalía General de la República. Se les acusa de la comisión de delitos alusivos al tráfico de migrantes. Son patrañas. El gobierno de los Estados Unidos quiere sus cabezas para alzarlas como trofeos ante el electorado racista y antiinmigrante que hoy por hoy lo sostiene precariamente. El gobierno de México está a punto de dárselas. Asistimos a al festín de Antipas. Se oye la música en el norte, la hija de Herodías baila y en los juzgados mexicanos rechina la confección de la batea argenta.
La migración es tan antigua como la propia humanidad. El éxodo más grande que conoce el siglo XXI hasta hoy lo caminan los centroamericanos a través de miles y miles de kilómetros durante los cuales yacen a merced de peligros como el padecimiento de enfermedades graves, amputaciones, extorsiones, estafas, secuestros, desaparición forzada, esclavitud, trata de blancas, reclutamiento forzoso para el sicariato, y la propia muerte, la cual muy a menudo deriva en tráfico de órganos o en desmembramientos para generar pánico a las bandas contrarias a los verdugos o entre la población civil. En estos abominables actos está involucrado el crimen organizado y el crimen institucional, los cuales a veces operan juntos y a veces por separado. Sin la invaluable ayuda de personas como Cristóbal Sánchez e Irineo Mújica, activistas en la defensa de los derechos humanos y acompañantes de caravanas desplazadas por la violencia y la necesidad de una vida mejor, hombres valientes dispuestos a arriesgar sus propias vidas en pos del prójimo, las cruentas pesadillas padecidas por estos seres humanos que van de paso hoy no serían visibles y, peor aún, la multiplicación de casos, ya de por sí inmensa, hoy sería incalculable.
Este es un grito de apoyo y un llamado a la razón desde este lugar modesto, mi bitácora virtual que lo apuesta todo por la literatura simplemente porque la literatura verdadera es la vida misma, pero también mucho más: todas sus posibilidades, y una de ellas es un mundo justo y mejor para los afligidos y los vulnerados por los poderosos. Ojalá deje de ser utopía, ojalá deje de ser Ciencia Ficción, porque la resistencia nunca dejará de ser poesía. Por otra parte, el que puede ser el mejor gobierno de la Historia moderna de México no le debe indiferencia al drama cotidiano de los oprimidos, ni tampoco puede ser la mano segadora de los vástagos y frutos de las raíces propias, pues ello significaría traicionar su esencia y en el acto patentar su aniquilación. Sin frutos no hay semillas.
En el artículo titulado “El progretariado abajo firmante”, publicado en su columna Fuera de tono en El Universal el 7 de junio de 2019, Hernán Gómez Bruera escribe lo siguiente a propósito del grupo aludido:
“Se presenta como un incansable defensor de los derechos humanos, pero casi nunca da batallas concretas para hacerlos valer entre quienes menos los ven garantizados, los más excluidos. Por lo general, lo que más le importa es hacerse de espacios para hablar sobre derechos humanos, siempre desde su perspectiva colonia-del-valle centrista. Cuando no es así, usurpa luchas ajenas y se asume como portavoz de grupos que no le han conferido una representación.”
        Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez son todo lo contrario. La criminalización contra defensores de derechos humanos debe parar.
La lumbre y las eras. Latinoamérica gime en sus horrores. Es lumbre y lacera. El fuego bruñirá la arena de las playas que han de formar el vidrio angular del catalejo. Coágulos de sangre en los ojos de los cuervos y coágulos de sangre en la saliva. Los himnos de rebeldía y rabia besan la noche y mi voz herida grita, con más convicción que nunca:
¡Nunca más! ¡Presos políticos: libertad! Escrito el 6 de junio de 2019 a raíz de la detención arbitraria de Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez.
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ocioenlinea · 6 years ago
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A la luz de la memoria
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La obra de Conchita Rivera regresa al MURA con la luz como protagonista y motor creativo
Actualmente, el Museo de Arte Raúl Anguiano cuenta con la exposición Presagio de Luz, una muestra de la más reciente producción pictórica de la artista sinaloense Conchita Rivera. En la colección se plasma una exploración introspectiva partiendo de la memoria primigenia, donde la luz y el color materializan la expresión femenina de estados emotivos que han acompañado a la artista a lo largo de su vida.
La muestra está compuesta por catorce obra de gran formato donde se aprecian las técnica de óleo sobre tela, encáustica y tela sobre madera. Además, la exposición se complementa con dos esculturas blandas. “Siempre he buscado la luz, siempre he sentido esa vertiginosa necesidad de ser guiada sin saber que la luz soy yo. La abstracción es mi lenguaje, mi amante perfecto” expresa Rivera sobre la exposición.
En palabras de Víctor Ortiz Partida: “En el cuadro hay un misterio que comienza a resolverse cuando nos paramos delante de él. ¿En qué mar nos adentramos cuando gracias a nuestra vista sentimos en nuestra piel el color agua fluido? ¿Qué aire respiramos en este verde abierto que súbitamente es acotado por grises, azules, amarillos, ocres? ¿Cuál sangre gotea para que se formen estos rojos que se expanden hasta diluirse en ambiguas formas?... quien observa el arte quiere la luz, y aquí, en estos lienzos-escenarios, la claridad existe y el espectador de seguro la extraerá, sólo hay que detenerse, mirar, escuchar y responder”.
PRESAGIO DE LUZ
H: Ma – S de 10:00 a 18:00 h. D de 10:00 a 15:00 h.
Clausura: 4 de septiembre
MURA, Mariano Otero 375, Col. Moderna, Guadalajara
Precios: $22 Entrada general $11 Maestros y estudiantes. Niños, tercera edad y personas con capacidades diferentes: Entrada: GRATIS. Martes: Entrada GRATIS
Andrea Rodríguez. No.1139. 120719
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unblogdefutbol · 2 years ago
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el gallo de sinaloa
el reloj marca las 12 en punto en una secundaria pública de la capital sinaloense. el incipiente sudor en las axilas de los estudiantes fluye y fluye; viven en un lugar donde el silencio suena a ventilador.
aun así, aquí no existe ni ese silencio: el profesor da clase y unos cuantos prestan atención, otros platican, otros se burlan, mientras otros queman la mochila del compañero. los pequeños muchas veces hacen travesuras y se salen con la suya, pero césar no. césar tiene el constante tope de la consecuencia, pues siempre le toca.
así empezó a hacerle caso a la autoridad, "a tomar rumbo". un chico nacido un 15 de diciembre del 83 en tierras norteñas y costeras, hijo único, siempre acompañado de sus primos maternos. desde ese punto en el que se topó con la consecuencia, algo en césar cambió: empezó a creer en las instituciones, en los policías (¡en sinaloa!) y hasta en sí mismo para ser árbitro profesional.
comenzó involucrándose en partidos pequeños y a ganar cierta popularidad que en una ciudad pequeña, aunque capitalina, se consigue fácil. césar es un árbitro de calle. cuando ve una patadita y el jugador se tira, deja correr. prefiere que el balón ruede y las piernas se desgasten.
uno supondría que los árbitros, ese ser tan singular y solitario, vendrían de un lugar distinto. que la autoridad no viene de lugar estigmatizados por su violencia, y que no se prepara escuchando corridos en ciudades sin ley.
es raro ver ese otro lado del balón; frecuentemente vemos el lado más humano de los futbolistas o lo más valioso de un equipo, pero no siempre pensamos en el punto medio, el que une hinchadas en un concierto de odios e insultos, el que tiene en su poder un partido. uno esperaría que este hijo de la autoridad fuera un tetazo del estilo de claudia sheinbaum, no un gallo de sinaloa.
césar arturo ramos palazuelos fue el único árbitro central mexicano que pitó en rusia 2018, y será el único que lo haga en catar 2022. algunos dicen que sólo está ahí porque es un protegido por la comisión de arbitraje. algunos simplemente lo detestan porque no solapa al américa, pero al final puede ser que tengan razón. es la fortuna y la desgracia del esclavo que siempre obedece (que siempre tiene que obedecer).
decía albert camus que la necesidad de ser correcto es la muestra de una mente vulgar, pero con ramos palazuelos parece ser diferente. es cuidadoso y sereno en la calle (que parecen ser los lugares en los que nadie intenta serlo), pero dentro del campo prefiere que los jugadores se pateen antes de que dejen de jugar. aprecia el espectáculo antes que el cuidado.
al final, césar siempre obedecerá, pero en la cancha siente la adrenalina de ser el gallo de sinaloa, y parece que ahí recuerda un poco de calle. ahí recuerda amenazas de golpes, peleas en partidos y sólo ahí se ríe con los propios jugadores. sale del terreno de juego y entra al nuestro, donde se pone su capa de invisibilidad y busca jamás ser visto. sale a correr, a andar en bici, a leer, a ver una película. acompaña a sus hijas, mamá y esposa a hacer lo que ellas quieran. fuera de la cancha, poco queda ya de ese chico que quemaba mochilas en el salón de clases, pero en la cancha -el que sea, mexicano, ruso, catarí- sigue siendo el gallo de sinaloa.
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migueaoo · 3 years ago
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Cúmulo de oraciones no del todo ordenadas en forma cronológica sobre la primera vez que vi a alguien y los días posteriores
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Pasé por ella cerca de las diez de la noche. Vestía (ella) una blusa color negro apenas por debajo del ombligo según recuerdo y para cubrirse del frío una especie de abrigo-camisa cuadrada de color café que le llegaba por debajo de las rodillas, un pantalón de mezclilla negro roto de la rodilla y unas botas que le vería también los siguientes encuentros. Por mi parte vestía un gorro rojo, una chamarra rompevientos grande color verde y para no variar jamás en mí un pantalón negro, pero también llevé un sombrero de vaquero porque le dije que esa la primera impresión que yo quería dar con ella. Condujimos cerca de una hora sin dirección precisa salvo la primera que era pasar por el puente Matute Remus para gritar por la ventana un frenético ‘’UUUUUUH’’ y luego de su boca salía un ‘’qué bonito’’ mientras reía con el sombrero puesto y yo pensaba que no podía creer que estaba con ella en este momento no en el sentido más romántico de la palabra ni de amores platónicos sino porque había sido un cúmulo de eventos y conversaciones que giraron en torno a nada pero que nos permitieron hoy (ese día) estar juntos. Íbamos fumados a tope (en días posteriores supe que siempre se puede estar más fumado, no es que no lo supiera, es que no lo recordaba) mientras escuchábamos la playlist que creamos para esta ocasión en la que ella agregó 109 canciones y yo apenas 64.
Tras varios minutos de conducción sinsentido, risas, anécdotas, frases sueltas y una que otra mano que se apresuraba discretamente a su pierna para medir su disposición al contacto físico y no encontrar negativa sugiero estacionarnos para seguir fumando pero ella propone ir a su casa ubicada cerca del Panteón de Mezquitán y cerca también de la facultad de Ciencias Sociales y Humanidades en la que estuve por cuatro años y poco más y sin dudarlo tomé camino no sin antes parar en un oxxo a comprar cerveza y algo más pero olvidamos los condones, quizá porque aún no habíamos llegado a un acuerdo de mantener relaciones aunque es algo que tal vez pudimos dar por entendido.
Ya en su casa, en su cuarto, un cuarto lúgubre, oscuro, desordenado y adornado apenas por dos camas, y un mueble de madera desgastada con un espejo roto y ropa por aquí y por allá y chanclas y pantunflas de relaciones pasadas a las que no les di importancia, un cuarto que no olía a nada, ni bien ni mal sino a nada, hablamos primero nosotros no recuerdo de qué, después ella y su mamá para hablar de que su hermano, un muchacho de apenas 17 años que estaba en la ciudad (ella es de Sinaloa y salvo ella y su hermana menor viven aquí, se vino porque el estilo de vida sinaloense no le gustó y ella conocía Guadalajara porque había venido en varias ocasiones en viajes familiares porque una abuela o una tía vivían acá y ella y su familia también por un tiempo. Su hermana a estudiar) por si querían verse. Hablaron de pocas otras cosas cómo estás, cómo está fulano, qué bueno, me da gusto, saludos, te quiero. Colgó. Fumamos, nos acostamos, seguimos conversando y nos reímos y en un momento sentí su cuerpo cerca y su pijama de mameluco rosa que se había ido a poner apenas llegamos y sentí una llamarada fuerte sin llegar a ser intensa, un deseo que me invadió al sentir su mano rosar la mía y le pedí permiso para besarla y al escuchar su afirmación naturalmente me lancé sobre ella como un chiquillo caliente en su primera vez. Nos quitamos la ropa y caemos en cuenta del olvido de la tienda de autoservicio pero no es problema porque está a unas cuadras de su casa así que cruzo las calles malolientes, solitarias y siempre poco iluminadas en las que puedes sentir siempre un miedo helado que te eriza la piel y más pasada la media noche. Llegué, hice la compra, volví, llegué. Nos entregamos a nuestros cuerpos y al deseo y a las ganas y terminamos y nos reímos y me pidió perdón por haberme mojado con sus fluidos una vez llegada al clímax pero yo seguí y entre risas me dijo que duro mucho y me disculpé y me ayudó a llegar y nos acurrucamos y seguimos hablando poco entre sueños y los ojos que se cerraban ya solos hasta que le dije que me iba y me pidió quedarme quince minutos más y accedí y desperté cuando mi despertador sonó y el sol se estaba asomando ya por entre las casas y los tinacos y la ropa tendida en lazos un día antes. Beso en la frente de buenos días y una despedida.
Notas sobre la ventana: es una ventana grande con cristales de esos que tienen textura y que están divididos por metales planos color blanco. Tiene dos puertas (no sé si las de las ventanas se llamen puertas o si es en realidad dos ventanas) y una barda pequeña en la que puedes tomar asiento. Permite escuchar las conversaciones de los transeúntes que pasan por la zona y los pasos siempre con prisa de las personas de la ciudad. Me le quedé viendo por largo tiempo para decidir si me gustaba o no que dieran directo a la calle y no llegué a ninguna conclusión. Me gustan en su cuarto, me gusta estar acostado mirándola, pensando y escuchando a la vez que la siento cerca y sentir su mano postrada en mi pecho y su respiración en mi cuello.
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asztrea · 6 years ago
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Donceles 47
Llevo 4 cigarros y aún no llegas, este último me supo a vodka, supongo que es por la cruda que me cargo. Tremenda fiesta, te hubieras divertido tanto conmigo, pero dijiste que te sentías mal. Terminé arriba de un carrito de súper con el pantalón de no se quien. Es que me tiraron una botella encima y traía mini falda. El punto es que también me duele la cabeza y esperarte no ayuda. Y pienso en tantas cosas; Como que si fuera al revés y a mí se me hubiera olvidado poner la alarma y el celular en el depa, tú ya te hubieras ido con tus amigos a beber, porque te choca esperar. 
Ayer conocí a esta tal Maria, tiene 2 gatos y trabaja como cajera en una farmacia del centro. Su casa quedaba justo a dos cuadras del reventón. Estaba tan ebria que me llevó y me preparó un café, también me contó porque se había salido de su casa:
-Mis viejos se enteraron que fumaba mota, y pues me anexaron, la verdad es que apenas empezaba, digo, si me vieran ahora me meterían al convento, ¿ya probaste los brownies que hago? Una tienda viene a surtirse todos los Martes, siempre tengo trabajo, pero bueno cuando salí del anexo, no volví a poner un pie en casa -no dejaba de menear la cuchara del café desde que empezó a hablar- hice una mochila y me fui a Sinaloa, me metí a trabajar con mi prima, que es 2 años mayor, ahora que lo pienso se parecen mucho, igual tiene el cabello como tú, chance y se llevan bien y te da un trabajo...mi puesto, lastima que está requete lejos. ¿Irías?
-Pues mi relación me detiene mucho, estoy muy enamorada- me detuve porque sentí un tremendo nudo en la garganta.
-Piénsalo, igual puedes marcar...- cambió el tono de voz en cuanto sonó la puerta- Espera, espera, Paco no sabe que te traje, si te pregunta algo eres mi prima....del Norte! Sinaloa ¿Sabes fingir el acento, ¿no? 
El café ya se había enfriado.
Y bueno, agradezco mucho que me hayan dado esos últimos shots de tequila, porque si no, no lo hubiera hecho tan bien. Terminé invitada a la boda de su hermana la próxima semana, me pregunto si sabes fingir acento Sinaloense tan bien como yo.  Después de eso, nos dimos cuenta de que ya estaba amaneciendo y le había dicho a mamá que me iba a quedar con Ale, pero cuando intenté buscarla, ella ya estaba en su casa y no pensaba regresar por mi. Le pedí a Paco un ride al metro. No pregunté que eran ¿Novios? ¿Amigos? Llegué al metro y estaba cerrado, por eso te marqué, faltaba una hora para vernos como quedamos. Ni por eso llegaste puntual. Me fui al café de siempre.
6 cigarros
Un señor se me acercó a preguntar si iba a pedir algo.  “Si, quisiera que mi novio actuara como mi novio”  No le iba a decir eso.
-Un té chai latte frío porfavor.
Bueno, quizá si hubiera sido buena idea, me hubiera puesto a llorar y me hubieran invitado la bebida... 
** ** ** ** **  -¿Maria? Pásame el número de tu prima, si quiero el trabajo.
Ya no hay algo de que aferrarme. Por eso me voy. 
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